El futuro: una Gipuzkoa fuerte

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Hace casi cuatro años, iniciamos una nueva etapa en el territorio. En aquel momento, reivindicamos otra Gipuzkoa, recogiendo la aspiración de la ciudadanía de dejar atrás un ciclo marcado por el bloqueo de los proyectos estratégicos, la confrontación, y una cultura política basada en la imposición y los prejuicios ideológicos.  De contar con una Diputación que tomara medidas de calado para hacer frente a la grave crisis económica, ante la inacción del anterior gobierno foral en este apartado; que respetara a la sociedad, y ofreciera la seguridad de una gestión solvente. Entre todos y todas, hemos dado pasos firmes para crear empleo y reducir las desigualdades, pero queda mucho por hacer y hay mucho en juego. Vivimos tiempos convulsos, en los que toca dar lo mejor que tenemos, renovando nuestro compromiso ante una sociedad que quiere abrirse camino hacia una Gipuzkoa fuerte.

Una Gipuzkoa fuerte es una Gipuzkoa competitiva económicamente, con empresas que generan empleo de calidad, que apuesta por aquellos sectores de futuro en los que ya está bien posicionada, como la fabricación avanzada, las biociencias, la gastronomía o la movilidad eléctrica. Con trabajadores y trabajadoras que participan en la gestión, las decisiones y el capital de los proyectos. Que ofrece apoyo a las personas que emprenden porque las concibe como un bien que hay que cuidar. Que concibe el empleo digno como la mejor herramienta para la inclusión y el desarrollo personal, y que pone la riqueza al servicio del bienestar social de la comunidad. Que encara con decisión la transformación de la industria, como ya hizo en los momentos más duros de la reconversión.

Una Gipuzkoa fuerte es una Gipuzkoa orgullosa de sus políticas sociales, que trabaja para ampliarlas y hacerlas sostenibles, y profundiza en la colaboración con el tercer sector como seña de identidad de su modelo. Que pone en marcha programas avanzados para hacer frente a la exclusión social y a la cronificación del desempleo, ofreciendo un horizonte profesional a las personas con más dificultades, como hemos hecho con Elkar-EKIN. Que entiende la igualdad en todos los ámbitos de la vida como un valor irrenunciable y refuerza sus políticas de igualdad y conciliación. Que lucha junta contra la violencia machista. Que gestiona la migración y la diversidad de forma humana, cabal y sin demagogias. Porque las sociedades justas y cohesionadas, las que no dejan a nadie atrás son, precisamente, las más fuertes y aquellas que tienen un mejor futuro.

Una Gipuzkoa fuerte significa unas instituciones sólidas, con capacidad de decisión y de influencia, gestionadas de forma seria, eficaz, rigurosa y honesta. En un nuevo tiempo político mediatizado por la desconfianza, el ruido político y la deriva de la política española, por el auge de los radicalismos, la ciudadanía de Gipuzkoa desea huir del fuego cruzado, de los debates que que no llevan a ningún lado, y crear un proyecto de futuro sólido para para las próximas generaciones. Encauzar las discrepancias con actitud constructiva, de la mano de una agenda política centrada en aquello que realmente le preocupa la sociedad y en sus necesidades reales. Ese es el mejor antídoto frente a la derecha que explota el miedo y la incertidumbe retotrayéndonos a un pasado oscuro, o el populismo basado en promesas irrealizables.

Una Gipuzkoa fuerte es una Gipuzkoa que colabora. Consciente de que es un territorio demasiado pequeño como para debilitarse en desuniones, pero capaz, como demuestra la historia, de logros históricos cuando sumamos fuerzas y acometemos los retos más diversos mediante la cooperación. Nuestro territorio será fuerte en la medida en que lo sean la  sociedad, las asociaciones, las empresas, las entidades culturales y deportivas,  o las comarcas. Durante estos años, hemos consolidado un modelo de gobernanza basado en la co-creación, la participación ciudadana en el diseño, desarrollo y evaluación de las políticas públicas, y la escucha activa. No de forma voluntarista, sino estructurada, con mecanismos perdurables y concretos para dar cabida a las ideas, la ilusión, el talento y la imaginación de todas aquellas personas y agentes que quieren contribuir a un proyecto compartido.

Una Gipuzkoa fuerte, por último, es una Gipuzkoa que no se queda de brazos cruzados ante el futuro. Que, de forma compartida, se anticipa, reflexiona sobre cómo quiere afrontar los retos más acuciantes, y toma decisiones aquí y ahora para estar preparada. Con Etorkizuna Eraikiz respondemos al deseo de la sociedad de mirar adelante con confianza, y a las preguntas que a todos nos preocupan: en qué puestos de trabajo y con qué condiciones vamos a trabajar nosotros y nuestros hijos e hijas, cómo vamos a envejecer, cómo vamos a garantizar la seguridad y la fortaleza de la industria –nuestro motor económico-, en qué medida nos va a afectar el cambio climático, cuál va a ser el lugar del euskera en el siglo XXI, o de qué manera vamos a gestionar la globalización y los procesos migratorios.

El actual escenario de incertidumbre no debe llevarnos a enrocarnos en viejas recetas, sino a reforzar nuestras convicciones y buscar nuevas respuestas con los valores guipuzcoanos que nos identifican y nos han traído hasta aquí -la cultura del esfuerzo, la innovación, el inconformismo y el trabajo en equipo-, en pos de una Una Gipuzkoa avanzada en lo económico, cohesionada en lo social, con instituciones fuertes, mecanismos estables de cooperación con la sociedad organizada, y proyectos transformadores y de experimentación para abordar el futuro. Ha costado mucho conseguir lo que tenemos, pero no podemos, ni mucho menos, darlo por sentado ni por seguro. Por eso, Eman Bidea es nuestra propuesta a Gipuzkoa para que siga participando en la construcción de un territorio fuerte, y transitando hacia un horizonte de estabilidad, calidad de vida y justicia social.